
Noticias globales y rusas del complejo de energía y combustible al 25 de octubre de 2025: nuevas sanciones, rebote en los precios del petróleo, reservas récord de gas, auge de inversiones en energías renovables y estabilización del mercado de combustibles en Rusia
Los acontecimientos actuales en el complejo de energía y combustible (TÉC) al 25 de octubre de 2025 se desarrollan bajo el signo del aumento de la confrontación geopolítica y la relativa estabilidad de los mercados de materias primas. Los países occidentales han tomado nuevas medidas sancionatorias contra el sector de petróleo y gas de Rusia, lo que ha sacudido temporalmente el mercado del petróleo: los precios del Brent han rebotado desde mínimos recientes. Al mismo tiempo, el mercado del gas entra en el invierno con reservas récord en Europa y precios moderados, proporcionando un contexto cómodo para los consumidores. La transición energética global continúa acelerándose: las inversiones en energías renovables rompen récords, aunque los recursos tradicionales (petróleo, gas, carbón) siguen desempeñando un papel clave en el balance energético mundial. En Rusia, las medidas de emergencia del gobierno y de las empresas para estabilizar el mercado interno de combustibles comienzan a dar resultados: la aguda escasez de gasolina se ha reducido, y los precios mayoristas han retrocedido desde sus picos, aunque la completa normalización del suministro aún requiere esfuerzo. A continuación, se presenta un análisis detallado de los segmentos clave de la industria: petróleo, gas, energía eléctrica, energías renovables, mercado del carbón y la situación en el mercado interno de productos petroleros.
Mercado del petróleo: presión sancionadora, aumento de la oferta y rebote de precios
Los precios mundiales del petróleo a finales de octubre se mantienen dentro de un rango moderadamente bajo, a pesar del reciente aumento a corto plazo. La variedad Brent ha subido a $64–66 por barril (en comparación con un mínimo mensual de aproximadamente $61 a principios de octubre), mientras que el petróleo estadounidense WTI se comercializa cerca de $60. Estos niveles siguen siendo un 10–15% más bajos que los precios a principios de año, lo que refleja el impacto de factores fundamentales. El mercado sigue sintiendo la presión de un exceso de oferta y una desaceleración de la demanda, aunque los riesgos políticos añaden volatilidad de vez en cuando. En general, el equilibrio de fuerzas se configura de la siguiente manera:
- Exceso de petróleo y débil demanda. La alianza OPEP+ continúa aumentando gradualmente la producción, buscando recuperar las cuotas de mercado perdidas. En la reunión del 5 de octubre, los participantes de la oferta confirmaron un aumento en la cuota total a partir de noviembre en aproximadamente 130,000 barriles por día. Paralelamente, productores fuera de la OPEP, como EE. UU. y Brasil, están alcanzando niveles récord en la producción de petróleo, cerca de 13,5 millones de barriles por día en total. Al mismo tiempo, el ritmo del consumo mundial de petróleo ha disminuido notablemente: según la nueva previsión de la AIE, la demanda en 2025 crecerá solo en ~0,7 millones de barriles por día (frente a más de 2 millones en 2023). La desaceleración de las economías de Europa y China, los efectos de los altos precios anteriores que incentivaron el ahorro energético, limitan el crecimiento del consumo. Como resultado, las reservas comerciales de petróleo en el mundo están aumentando y presionan los precios.
- Nuevas sanciones y riesgos geopolíticos. El aumento de la presión sancionadora crea incertidumbre adicional para las compañías petroleras e inversores. A finales de octubre, la Unión Europea aprobó el paquete de sanciones número 19, diseñado para reducir los ingresos del petróleo y gas de Rusia: en particular, se introdujo la prohibición de importación de GNL ruso a partir de 2027, se endurecieron las restricciones contra Rosneft, Lukoil y otras decenas de estructuras afectadas, así como se planearon pasos para prevenir esquemas de exportación mediante un "barco sombra" de tanqueros. Al mismo tiempo, la administración de EE. UU. en sus primeros meses en el nuevo mandato impuso sanciones directas contra las mayores empresas de gas y petróleo rusas y sus filiales, congelando activos y limitando operaciones. Washington ha instado a sus aliados a abstenerse por completo de las importaciones de energía rusas, señalando su disposición a endurecer las medidas si es necesario. Más allá de las sanciones, persisten los riesgos militares: continúan los ataques de drones a la infraestructura petrolera. En las últimas semanas, se han registrado ataques a instalaciones del TÉC dentro de Rusia, que temporalmente han inhabilitado ciertas refinerías. En respuesta, las autoridades rusas incluso han pospuesto los trabajos de mantenimiento planificados en las refinerías para apoyar la producción máxima de combustibles para necesidades internas. En conjunto, los factores sancionatorios y de conflicto aumentan la volatilidad: cualquier nuevo endurecimiento o fuerza mayor puede reducir la oferta en el mercado y provocar un salto en los precios.
- Reconfiguración de flujos: India, China y el mercado de ventas. Los principales importadores asiáticos de petróleo ruso están señalando una revisión de sus estrategias. Bajo presión de Occidente, India ha aceptado reducir gradualmente las compras de petróleo ruso; según la Casa Blanca, los volúmenes de importación ya se han reducido en alrededor de la mitad. La importante empresa india Reliance Industries ha declarado que cumplirá con las sanciones y está revisando los contratos con proveedores rusos afectados por las restricciones. Se informa que China también ha comenzado a reducir parcialmente las importaciones de barriles rusos, temiendo las consecuencias de sanciones para sus comerciantes. La pérdida del mercado indio es especialmente sensible para Moscú: India representaba hasta un tercio de las exportaciones de petróleo desde Rusia. Si las refinerías indias continúan reduciendo las compras, las empresas petroleras rusas tendrán que optar por vender a precios más bajos y buscar nuevos compradores (incrementando los descuentos a favor de China, Turquía, países de África, etc.), o recortar la producción. Por un lado, esto aumentará la presión sobre los ingresos del sector petrolero ruso y todo su sector energético. Por el otro, el mercado mundial en su conjunto puede reestructurarse sin escasez: los volúmenes que desaparecen de Rusia pueden ser reemplazados por proveedores del Medio Oriente, África, América, redirigiendo los flujos comerciales. La noticia sobre el posible “giro” de India hacia la reducción de importaciones respaldó temporalmente los precios del petróleo: los participantes del mercado supusieron que Rusia tendría que disminuir las exportaciones, reduciendo la oferta global. Según los analistas, el nivel de alrededor de $60 por barril para el Brent ahora actúa como un "suelo" de precios: el exceso fundamental impide que el petróleo se encarezca drásticamente, pero los riesgos de sanciones y la reconfiguración de flujos no permiten que coticen mucho por debajo de este nivel.
Por lo tanto, el mercado del petróleo equilibra entre la presión de un exceso de oferta y factores políticos. Mientras el exceso mantenga los precios en niveles relativamente bajos, el endurecimiento de sanciones y los cambios en las rutas de suministro (por ejemplo, la reducción de las importaciones indias) evitan que las cotizaciones caigan. Las empresas y los inversores actúan con cautela, teniendo en cuenta la posibilidad de nuevos trastornos – desde un mayor endurecimiento de sanciones hasta interrupciones inesperadas. El escenario base para los próximos meses sugiere la continuación de precios en el rango de $55-65 por barril, siempre que se mantenga la política actual de OPEP+ y la demanda sea moderada.
Gas natural: reservas cómodas en Europa y vector oriental de exportación
En el mercado del gas, la situación es favorable para los consumidores. La Unión Europea se acerca al inicio del invierno con reservas de combustible sin precedentes: los depósitos subterráneos de gas (PSG) están, en promedio, llenos casi en un 97% de su capacidad total, lo que es significativamente más alto que el año pasado. La inyección anticipada en los meses de verano y el clima otoñal suave permitieron acumular la reserva necesaria sin compras urgentes a precios altos. Gracias a esto, los precios mayoristas del gas en la UE se mantienen en un nivel relativamente bajo: las cotizaciones del hub TTF se estabilizaron alrededor de 30-33 €/MWh (aproximadamente $370-410 por mil metros cúbicos), muy por debajo de los picos del otoño de 2022. El riesgo de una repetición de la crisis del gas del año pasado se ha reducido considerablemente, aunque gran parte dependerá del clima invernal por venir y del funcionamiento fluido de la cadena de suministro global de GNL.
- Europa se prepara para el invierno. Las reservas récord en los PSG proporcionan un serio colchón de seguridad en caso de clima frío. Según Gas Infrastructure Europe, el volumen actual de gas en los depósitos europeos supera entre un 5-7% el nivel del año anterior. Incluso en caso de heladas anormales, una parte considerable de la demanda puede ser cubierta por las reservas acumuladas, disminuyendo la probabilidad de escasez. La industria y la energía en Europa están demostrando ahora una demanda moderada de gas: la economía de la UE crece lentamente, además, alta generación de electricidad a partir de energías renovables en otoño ha permitido reducir el uso de plantas eléctricas de gas. Esto alivia la carga sobre el mercado del gas.
- Importación récord de GNL. Los consumidores europeos continúan comprando activamente gas natural licuado en el mercado mundial. La disminución de la demanda de GNL en Asia ha liberado volúmenes adicionales para la UE, y los proveedores de EE. UU., Qatar, Australia y otros países han utilizado al máximo sus capacidades de exportación. La importación de GNL compensa prácticamente la interrupción de los suministros de gas por tubería de Rusia, así como cubre la reducción de la producción en los yacimientos del Mar del Norte. Esta diversificación de fuentes mantiene el mercado equilibrado y evita saltos bruscos en los precios.
- Giro hacia el Este. Rusia, al perder el mercado europeo de gas, está intensificando su enfoque en la dirección oriental. El flujo de gas a través del gasoducto "Poder de Siberia" a China alcanzó niveles récord en 2025, cercanos a la capacidad del proyecto (alrededor de 22 mil millones de metros cúbicos por año). Paralelamente, Moscú está promoviendo el proyecto "Poder de Siberia - 2" a través de Mongolia: su lanzamiento a finales de la década debe compensar parcialmente los volúmenes de exportación perdidos hacia Europa. Además, la exportación de GNL ruso a Asia está ganando impulso: gracias a la entrada en funcionamiento de nuevas líneas en Yamal y Sakhalin, han aumentado las entregas de gas licuado a China, India, Bangladés y otros países dispuestos a comprar combustible en condiciones favorables. Aunque el volumen total de las exportaciones de gas de Rusia sigue siendo inferior al nivel previo a las sanciones, la reorientación hacia el este permite mantener ocupados los proyectos de extracción. La prioridad para Gazprom y otras empresas en este momento es cumplir con las obligaciones internas y contratos a largo plazo en Asia y la CEI.
La imagen final del sector del gas es la siguiente: Europa entra con confianza en la temporada de calefacción con un sólido "colchón de seguridad", mientras que el mercado global en su conjunto está equilibrado. A menos que ocurran sorpresas meteorológicas extremas o interrupciones inesperadas en las cadenas de suministro de GNL, los precios del gas permanecerán relativamente moderados, lo que beneficia a la industria y a la energía. Para Rusia, la reconfiguración de las rutas de exportación hacia Asia se ha vuelto estratégicamente importante: los inversores están siguiendo de cerca el progreso de las negociaciones sobre nuevos gasoductos y la implementación de proyectos de GNL, evaluando las perspectivas de largo plazo para las exportaciones de gas en condiciones de sanciones.
Energía eléctrica: consumo récord y modernización de la infraestructura
El sector eléctrico global está experimentando un crecimiento sin precedentes en la demanda, planteando nuevos desafíos para los sistemas energéticos. En 2025, el consumo de electricidad en el mundo alcanzará un máximo histórico: se estima que la generación total superará los 30,000 TWh al año. Este aumento se debe al desarrollo económico, la digitalización y la difusión masiva del transporte eléctrico, lo que incrementa la carga en las redes en todas las regiones. Las mayores economías están aportando la principal contribución a este nuevo récord: se espera que EE. UU. genere alrededor de 4.1 billones de kWh (máximo nacional), mientras que China superará los 8.5 billones de kWh al año. El consumo está creciendo rápidamente en países en desarrollo de Asia, África y el Medio Oriente, donde la industrialización y el crecimiento de la población están aumentando la demanda de electricidad. Este rápido incremento de la carga exige inversiones anticipadas en energía para evitar la escasez de capacidad y fallos en el suministro eléctrico.
- Modernización y expansión de las redes. El aumento de los flujos y las cargas pico obliga a los países a actualizar urgentemente su infraestructura eléctrica. En varios estados se están implementando programas a gran escala para fortalecer y desarrollar la red eléctrica, así como la construcción de nuevas capacidades de generación. En EE. UU., las empresas de servicios eléctricos están invirtiendo miles de millones de dólares en la modernización de las redes de distribución y la construcción de líneas adicionales. La demanda está creciendo debido a la conexión de centros de datos, estaciones de carga de vehículos eléctricos y otros objetos de alto consumo energético. Esfuerzos similares se están emprendiendo en la UE, China, India y otras grandes economías. Al mismo tiempo, las "redes inteligentes" y los sistemas de almacenamiento de energía adquieren cada vez más importancia: grandes granjas de baterías y estaciones de bombeo ayudan a suavizar los picos de consumo e integrar la generación variable de energías renovables. Sin la modernización de las redes, será difícil para las empresas energéticas satisfacer de manera confiable la demanda récord de las próximas décadas.
- Garantizar la fiabilidad. A pesar de las enormes cargas, la energía eléctrica en general muestra resistencia: la generación y las redes están manejando por ahora el suministro energético a la economía. Sin embargo, para mantener la fiabilidad del suministro eléctrico se requieren inversiones de capital continuas. Los gobiernos de muchos países consideran la energía como un sector estratégico y aumentan su financiación incluso en condiciones de restricciones presupuestarias. Por ejemplo, en Europa, además de las inversiones en energías renovables y almacenamiento de energía, se presta atención a las capacidades de respaldo y conexiones entre sistemas entre países, para asegurarse en caso de picos o caídas de generación. En general, el funcionamiento estable de las redes eléctricas se ha convertido en una prioridad, ya que las interrupciones en el suministro energético pueden acarrear graves pérdidas económicas. Por ello, mantener el equilibrio entre el crecimiento de la demanda y el desarrollo de la infraestructura será la principal tarea del sector en los años venideros.
Por lo tanto, el complejo eléctrico mundial entra en una nueva era: la era de la demanda récord y la modernización tecnológica. Sin inversiones significativas en redes, generación (incluidas nuevas centrales nucleares y estaciones de gas flexibles para cubrir los picos) y sistemas de almacenamiento, será difícil asegurar el funcionamiento ininterrumpido de los sistemas energéticos. Para los inversores en energía, esto significa tanto nuevas oportunidades (proyectos de modernización de infraestructura, tecnologías "verdes") como riesgos relacionados con la necesidad de grandes gastos de capital y posibles cambios regulatorios en el sector.
Energías renovables: auge de inversiones, apoyo gubernamental y dificultades de crecimiento
El sector de energías renovables (EERR) en 2025 sigue en expansión, consolidando la tendencia "verde" a largo plazo. Al final de los primeros tres trimestres, las inversiones en generación solar y eólica alcanzaron cifras récord: el volumen total de la inversión supera más del 10% el nivel del mismo período el año pasado. Los fondos se dirigen a la construcción acelerada de parques solares, parques eólicos y también infraestructura relacionada – sistemas de almacenamiento de energía, proyectos de hidrógeno, plataformas de redes inteligentes. La rápida introducción de nuevas capacidades lleva a un aumento en la generación de electricidad limpia sin aumentar las emisiones de CO2. En muchos países se registran nuevos récords en generación de EERR, sin embargo, este crecimiento explosivo se acompaña de una serie de desafíos para la industria. Las siguientes tendencias y problemas clave pueden ser destacadas:
- Generación récord y participación de EERR. Las energías renovables ocupan cada vez un lugar más significativo en el balance energético mundial. Según estimaciones preliminares, en 2025 alrededor del 30% de toda la electricidad generada en el planeta provendrá de instalaciones solares, eólicas, hidroeléctricas y otras EERR. En la Unión Europea, la participación de la energía limpia ha superado el 45% gracias a políticas climáticas activas y la reducción de la generación a carbón. China está acercándose al 30% de generación por EERR, a pesar de la gigantesca escala de su sector eléctrico y la continuación de la construcción de modernas centrales eléctricas de carbón. Por primera vez en la historia, el volumen total de electricidad generada a partir del sol y el viento a nivel mundial superó la generación a base de carbón: este es un hito simbólico que muestra la irreversibilidad de la transición energética. Estos logros confirman que la energía "verde" se ha convertido en una parte inseparable del suministro energético global.
- Apoyo gubernamental y estímulos. Los gobiernos de las principales economías están intensificando el apoyo a las EERR, considerándolas como un motor de desarrollo sostenible. En Europa se introducen metas climáticas aún más ambiciosas, que requieren la rápida implementación de capacidades libres de carbono y la reforma del mercado de emisiones. En EE. UU. continúa la implementación de grandes programas de subsidios y beneficios fiscales para proyectos de energía limpia y sectores relacionados (en el marco de la ley Inflation Reduction Act). Los países de Asia, el Medio Oriente y América Latina también incrementan inversiones: los estados del Golfo Pérsico están construyendo algunas de las más grandes estaciones solares y eólicas del mundo, mientras que en Rusia, Kazajistán y Uzbekistán se llevan a cabo subastas para seleccionar nuevos proyectos de EERR con participación estatal. Esta política reduce los costos del sector y atrae capital privado, acelerando la transición hacia la energía limpia.
- Dificultades de crecimiento. El rápido desarrollo de la energía "verde" se enfrenta a ciertas dificultades. La creciente demanda de equipos y materias primas ha llevado al aumento de precios de componentes: en 2024-2025 se registraron altos precios del policristalino (material básico para paneles solares) y elementos de tierras raras para generadores eólicos. Los sistemas energéticos enfrentan el desafío de integrar la generación variable: se requieren importantes capacidades de almacenamiento de energía y plantas de respaldo para equilibrar la red, especialmente durante picos de consumo o disminuciones en la producción de EERR. Además, el sector siente la escasez de personal calificado y la limitada capacidad de las redes eléctricas en algunas regiones, lo que retrasa la implementación de nuevas instalaciones. Los reguladores y las empresas deben abordar estos problemas para mantener un alto ritmo de transición energética, sin comprometer la fiabilidad del suministro energético.
En general, la energía renovable se ha convertido en uno de los segmentos más dinámicos del TÉC global, atrayendo volúmenes récord de inversiones. A medida que las tecnologías se vuelven más asequibles, la participación de EERR en la producción de energía seguirá creciendo. Nuevos avances tecnológicos, por ejemplo, mejoras en baterías para almacenamiento o el desarrollo de la energía de hidrógeno, abren oportunidades adicionales para la industria. Para los inversores, el sector "verde" sigue siendo uno de los más prometedores, sin embargo, la implementación exitosa de proyectos requiere tener en cuenta los riesgos del mercado (fluctuaciones en los precios de materiales, cambios en las políticas de apoyo, limitaciones de infraestructura). No obstante, la trayectoria a largo plazo sigue siendo positiva: el desarrollo sostenible de EERR es una parte clave de la estrategia energética mundial de las próximas décadas.
Mercado del carbón: alta demanda en Asia y descarbonización gradual
El mercado mundial del carbón en 2025 muestra tendencias mixtas. Por un lado, hay una alta demanda de combustible de carbón en Asia, lo que apoya la producción y los precios. Por el otro, muchos estados están transitando gradualmente hacia la reducción del uso de carbón por razones ecológicas. En las principales economías asiáticas – China, India, Japón, Corea del Sur – el carbón sigue desempeñando un papel clave en el balance energético y la industria. En los meses de verano de 2025, el consumo de carbón en Asia ha vuelto a aumentar: por ejemplo, en agosto, las importaciones totales de carbón energético de China, Japón y Corea del Sur aumentaron casi un 20% en comparación con julio. Las razones son el aumento de la demanda de electricidad durante un período anómalo de calor y la reducción temporal de la producción en algunos yacimientos. En China, las intensificadas inspecciones de seguridad y ambientales en las minas ocasionaron la suspensión de la operación de varias empresas carboneras, lo que obligó a las compañías energéticas a compensar los volúmenes a través de importaciones. Así, el mercado asiático continúa consumiendo grandes volúmenes de carbón, mitigando el efecto de la transición energética global.
- La demanda asiática sostiene la industria. Para muchos países en desarrollo, el carbón sigue siendo una de las fuentes de energía más asequibles y confiables. A pesar de los esfuerzos de diversificación, China, India y otras economías todavía no están listas para deshacerse completamente del carbón, considerando las necesidades de sus sistemas energéticos. Las plantas eléctricas de carbón garantizan la generación base y la cobertura de picos de carga, especialmente cuando la producción de EERR es insuficiente. La alta demanda en Asia mantiene los precios mundiales del carbón en un nivel aceptable para los productores. La industria del carbón en la región incluso está invirtiendo en mejorar eficiencia y sostenibilidad: se están construyendo nuevas plantas de energía más limpias y se están implementando sistemas de limpieza de emisiones. Estas medidas buscan prolongar el ciclo de vida de la generación de carbón hasta que las capacidades alternativas adquieran la escala suficiente.
- El camino hacia la descarbonización. Al mismo tiempo, las economías desarrolladas y las instituciones internacionales siguen una estrategia de eliminación gradual de la energía a carbón. En los países de la Unión Europea, el Reino Unido, Canadá y EE. UU., se continúa cerrando gradualmente plantas de energía a carbón. Se han establecido objetivos para 2030-2040 para eliminar por completo el carbón de la generación eléctrica o reducir su participación a un mínimo. La financiación de nuevos proyectos de carbón se vuelve cada vez más difícil: los principales bancos y fondos de inversión se niegan a financiar la industria del carbón, considerando los riesgos climáticos y la presión pública. Incluso en países dependientes del carbón, los planes estatales de desarrollo energético incluyen cada vez más la cláusula de eliminación de la construcción de nuevas capacidades de carbón. Así, la tendencia global está dirigida a la reducción gradual del papel del carbón: a medida que las energías renovables y los sistemas de almacenamiento se hacen más rentables, las ventajas económicas de la generación a carbón se evaporarán. Se espera que en un período de 10 a 15 años, el consumo mundial de carbón comience a disminuir de manera sostenible.
Como resultado, el sector del carbón se encuentra en un cruce de caminos. Hasta ahora, la demanda de Asia permite a la industria mantener volúmenes significativos de producción e inversiones para respaldar las capacidades existentes. Pero a largo plazo, la era del carbón está llegando a su fin: cada vez más países y empresas declaran su compromiso con la energía de baja emisión de carbono. Para los mercados energéticos, esto significa mantener el papel del carbón durante el período de transición, pero sin nuevos motores de crecimiento. Para los inversores, es importante tener en cuenta que las inversiones en proyectos de carbón conllevan mayores riesgos y están perdiendo apoyo tanto desde el ámbito político como financiero.
Mercado de combustibles en Rusia: estabilización de precios, extensión de prohibiciones y control en las exportaciones
En el mercado interno de productos petroleros de Rusia, durante otoño de 2025, se observa una normalización gradual tras el aumento de precios crítico a finales del verano. El conjunto de medidas de emergencia adoptadas por el gobierno en colaboración con las compañías petroleras ha comenzado a dar resultados. Los precios mayoristas en bolsa de gasolina y gasóleo han retrocedido de los niveles récord de septiembre, disminuyendo poco a poco hacia los niveles de principios de año. Como resultado, la escasez masiva de combustible en las estaciones de servicio, que era perceptible en algunas regiones en agosto-septiembre, ha comenzado a disminuir. Sin embargo, la situación aún requiere atención cuidadosa por parte de las autoridades y los participantes del mercado, especialmente en los sujetos lejanos de la federación.
- Extensión de las limitaciones a la exportación. Para satisfacer el mercado interno, el gobierno ha extendido las estrictas limitaciones a la exportación de combustibles. La prohibición total de exportar gasolina de automóviles, introducida por primera vez a finales de julio, ha sido prorrogada varias veces y ahora estará vigente al menos hasta el 31 de diciembre de 2025. Medidas similares afectan al gasóleo y combustible marítimo: su exportación solo se permite a grandes productores bajo cuotificaciones especiales, y el comercio mediante intermediarios está prácticamente bloqueado. Estas acciones están destinadas a redirigir el volumen máximo de productos petroleros al mercado interno y disminuir la eufonía de precios. Las limitaciones son temporales, sin embargo, el gobierno indica que se mantendrán hasta que los precios y las reservas de combustible en el país se estabilicen completamente.
- Estabilización de precios y suministro. Gracias a las limitaciones y otras medidas de intervención, se ha logrado detener el aumento de precios de gasolina y gasóleo dentro del país. Según los datos de comercio, el precio mayorista de la popular gasolina "Regular-92" en la segunda mitad de octubre ha regresado a menos de 70,000 rublos por tonelada tras alcanzar un récord de 73,000-74,000 rublos a finales de septiembre. Los precios de "Premium-95" y diésel también han disminuido desde sus máximos alcanzados. Las estaciones de servicio en la mayoría de las regiones han reanudado su funcionamiento sin interrupciones, y las colas para gasolina han disminuido. Las autoridades de ciertos sujetos (por ejemplo, en Crimea) informan sobre una mejora en la situación de los suministros: las interrupciones causadas por la reducción de la refinación en las refinerías y las dificultades logísticas se han mitigado en gran medida hacia finales de octubre. El gobierno, junto con las empresas de combustible, realiza un monitoreo constante del mercado para responder de manera oportuna a fallas locales.
- Mantenimiento de la producción y control del mercado. En condiciones de sanciones y demanda interna, la prioridad ha sido mantener alta la carga de las refinerías rusas. Grandes refinerías han pospuesto parte de los trabajos de mantenimiento programados para aumentar la producción de gasolina y diésel en medio de la temporada otoñal. Adicionalmente, las autoridades han incrementado subsidios (pagos de compresión) a las empresas petroleras, compensándoles la diferencia entre los precios de exportación e internos – esto estimula las entregas al mercado interno. El Servicio Federal Antimonopólico y los ministerios correspondientes han endurecido el control sobre los precios y reservas de combustible por regiones, deteniendo casos de especulación y reexportación. Todos estos esfuerzos están dirigidos a prevenir una nueva crisis de combustible. El resultado ha sido el relativo equilibrio de la situación: los precios de venta en las estaciones de servicio han dejado de crecer, y las reservas de gasolina y diésel en las bases petroleras son suficientes para satisfacer la demanda actual.
Así, el mercado ruso de combustibles ha logrado evitar el pico de tensión gracias a medidas estrictas, pero necesarias. A corto plazo, las limitaciones a la exportación y el control estatal seguirán siendo herramientas clave para garantizar la estabilidad interna. Los inversores y participantes del mercado TÉC estarán atentos a los próximos pasos del gobierno – por ejemplo, las condiciones para un levantamiento gradual de las prohibiciones o la implementación de mecanismos de apoyo a largo plazo para la refinación. A nivel estratégico, las autoridades también están discutiendo el incremento de reservas de combustible y la modernización de refinerías para fortalecer la seguridad energética del país. En conjunto con la adaptación a las condiciones de sanciones, estas medidas deben asegurar la sostenibilidad del mercado ruso de productos petroleros y la previsibilidad de precios para los consumidores.