
Noticias actuales del sector energético para el 10 de septiembre de 2025: equilibrio en el mercado del petróleo, reservas récord de gas en Europa, colaboración energética de Rusia con Asia, desarrollo de energías renovables y medidas para estabilizar los precios de los combustibles en Rusia.
Los eventos más recientes del sector energético (TÉC) en la fecha del 10 de septiembre de 2025 muestran una estabilidad relativa en los mercados globales y medidas activas en la industria. El mercado mundial del petróleo mantiene precios en un rango medio de $60 por barril, ya que un exceso de oferta y la reducción de la demanda limitan el crecimiento de las cotizaciones, aunque los riesgos geopolíticos impiden una caída brusca de precios. El mercado europeo de gas se aproxima a la temporada invernal con reservas récord en los almacenes, manteniendo precios moderados del gas. Al mismo tiempo, Rusia fortalece su colaboración energética con socios asiáticos: se firman nuevos acuerdos para la exportación de petróleo y gas, y se expanden proyectos de infraestructura para compensar la reducción de suministros hacia Occidente. La transición energética global cobra impulso: muchos países registran cifras históricas en el desarrollo de energías renovables, aunque los recursos tradicionales continúan desempeñando un papel importante en la estabilidad de los sistemas energéticos. En el mercado interno de combustibles de Rusia, se implementa un conjunto de medidas para estabilizar los precios de la gasolina y el gasóleo tras el aumento de verano: se extiende la prohibición de exportación, se refuerza el control sobre la distribución de combustibles, y se planea ajustar el mecanismo de compensación. A continuación, se presenta un análisis detallado de las tendencias clave y las noticias en los mercados de petróleo, gas, energía y materias primas para esta fecha.
Mercado del petróleo: frágil equilibrio de precios en medio del exceso de oferta
A comienzos del otoño, los precios del petróleo a nivel mundial muestran una estabilidad relativa tras un verano volátil. La mezcla Brent del Mar del Norte se sitúa en un rango de aproximadamente $65-67 por barril, mientras que el WTI estadounidense se comercia a $62-64. Las cotizaciones actuales son aproximadamente un 10% más bajas que los niveles del año anterior, reflejando una normalización gradual del mercado tras los picos de la crisis energética de 2022-2023. El equilibrio en el mercado sigue siendo frágil debido a la influencia acumulativa de varios factores:
- Crecimiento moderado de la producción de la OPEP+. En la reunión en línea del 7 de septiembre, los países aliados de la OPEP+ acordaron un leve aumento en las cuotas de producción de petróleo a partir de octubre: alrededor de 137,000 barriles por día. Este incremento es significativamente menor que en meses anteriores (en comparación, en septiembre la producción total aumentará en 547,000 b/d), lo que indica el deseo del aliado de evitar un exceso de mercado. Si los signos de exceso se intensifican, no se descarta una pausa en la liberalización de la producción en las próximas reuniones.
- Volúmenes récord fuera de la OPEP. La presión adicional sobre los precios proviene de los productores no pertenecientes al acuerdo OPEP+. En primer lugar, la producción de petróleo en EE. UU. alcanzó un máximo histórico, superando los 13.5 millones de barriles por día este verano, haciendo la mayor contribución única a la oferta mundial. También continúan creciendo los envíos de otros países: nuevos “barriles” están entrando activamente al mercado de Brasil, Guyana y varias otras regiones. El aumento de la competencia entre los exportadores reduce la influencia de las decisiones de OPEP+ sobre la dinámica de precios.
- Crecimiento débil de la demanda. El consumo global de petróleo está aumentando mucho más lentamente que en años anteriores. Según la proyección actualizada de la Agencia Internacional de Energía (AIE), en 2025, la demanda mundial aumentará solo en ~0.7 millones de barriles por día (mientras que en 2023 el aumento superó los 2.5 millones de b/d). Evaluaciones similares da la OPEP, alrededor de +1.2 millones de b/d para 2025. Las razones incluyen una desaceleración general de la economía mundial tras la fase de fuerte recuperación, así como el efecto de altos precios del petróleo en el pasado, que fomentaron el ahorro energético y la mejora de la eficiencia. Un factor adicional es el debilitamiento de la actividad industrial en China, el segundo mayor consumidor de petróleo del mundo, lo que limita los ritmos de crecimiento de la demanda.
- Incertidumbre geopolítica. El conflicto militar en curso y el enfrentamiento por sanciones generan nerviosismo adicional en el mercado petrolero. La falta de progreso en iniciativas de paz significa que las sanciones severas contra Rusia se mantendrán y existe la probabilidad de que se impongan nuevas restricciones. Así, Washington ya ha introducido tarifas del 100% sobre la importación de petróleo para India como castigo por continuar comprando crudo ruso (medidas similares amenazan a China si Pekín aumenta drásticamente las importaciones de Rusia). La Unión Europea, por su parte, ha ampliado las sanciones, enfocándose en compañías de transporte y comerciantes que ayudan a eludir el embargo petrolero. Además, en las últimas semanas ha aumentado la frecuencia de ataques de drones a instalaciones de infraestructura petrolera en la zona de conflicto: drones de ataque han dañado grandes refinerías y tramos de oleoductos de exportación. Aunque los suministros globales de petróleo hasta ahora compensan las pérdidas locales, el aumento de los riesgos bélicos puede sacudir el mercado en cualquier momento. Como resultado, los factores geopolíticos limitan simultáneamente el potencial de disminución de precios (formando una especie de “prima por riesgo”), pero también impiden sustentar un nuevo rally en los precios.
En general, el mercado del petróleo se encuentra en una situación cercana al exceso, donde la oferta supera la demanda, lo que impide el aumento de precios. Las cotizaciones bursátiles se mantienen firmemente por debajo de los máximos del año pasado. Varios analistas consideran que si las tendencias actuales continúan, en 2026 el precio promedio del Brent podría caer a $55-60 por barril. Sin embargo, gracias a la política cautelosa de la OPEP+ y la existencia de una “seguridad” geopolítica, no se prevé un colapso abrupto de los precios: es más probable que se mantenga un rango de precios relativamente estrecho en los próximos meses.
Mercado del gas: reservas récord en Europa y diversificación de rutas
En el mercado del gas, la atención se centra en Europa, que se prepara de manera eficiente para la temporada invernal. Los países de la UE han acumulado volúmenes récord de combustible en los almacenes subterráneos (PCH). A principios de septiembre, las reservas de gas en los PCH europeos superaron el 90% de la capacidad total, superando significativamente el cronograma de llenado y ya superando el nivel objetivo que inicialmente se planeaba alcanzar solo en noviembre. La activa importación de gas natural licuado (GNL) durante el verano permitió aumentar rápidamente las reservas de gas a máximos históricos. Como resultado, los precios en el mercado del gas se mantienen en niveles relativamente bajos: los futuros en el hub neerlandés TTF se cotizan alrededor de 30 €/MWh (aproximadamente $400 por mil metros cúbicos), muy por debajo de los niveles pico observados durante la crisis de 2022. Esta situación de precios reduce significativamente la carga sobre la industria y energía europeas en vísperas de la temporada de calefacción.
Sin embargo, persisten riesgos potenciales. Se espera que en invierno aumente la demanda de GNL en Asia, lo que podría desviar parte de los suministros de Europa y empujar los precios del gas hacia arriba. No obstante, la situación actual es favorable para la UE: con reservas récord y suministros estables, se permite entrar al invierno con confianza, sin temores de escasez. Los reguladores europeos declaran su intención de continuar la política de mantener un alto nivel de llenado de los PCH y diversificar las fuentes de gas para fortalecer la seguridad energética.
Al mismo tiempo, Rusia fortalece la reorientación de su exportación de gas hacia el este. En el marco del Foro Económico Oriental (EEF) en Vladivostok, se firmaron nuevos acuerdos con socios asiáticos. En particular, Gazprom llegó a un acuerdo para aumentar los suministros de gas natural a Kazajistán en 2025-2026, lo que permitirá satisfacer el aumento de las necesidades del país vecino. Además, las partes rusa y china confirmaron su intención de acelerar la implementación del nuevo gasoducto “Sila Sibiri - 2” hacia China: el proyecto avanza hacia la etapa de implementación práctica y en el futuro podrá suministrar hasta 50 mil millones de metros cúbicos de gas anualmente a las regiones occidentales de China. Además, se ha decidido aumentar la capacidad del gasoducto existente "Sila Sibiri - 1" de 38 a 44 mil millones de metros cúbicos por año, y aumentar las exportaciones a través de la ruta del Lejano Oriente mediante Primorye de 10 a 12 mil millones de metros cúbicos anualmente. Estos pasos están destinados a compensar la reducción del mercado europeo, asegurando canales de venta a largo plazo de gas ruso hacia Asia.
Geopolítica y sanciones: aumento de la presión sobre el sector energético
Los factores políticos continúan ejerciendo un impacto significativo en el mercado energético global. Estados Unidos y sus aliados intensifican la presión sancionadora sobre el TÉC ruso en medio del prolongado conflicto en torno a Ucrania. Como se mencionó anteriormente, EE.UU. ha pasado de las amenazas a la acción, imponiendo aranceles punitivos contra India por la adquisición de crudo ruso en grandes volúmenes. Washington también ha dejado en claro que está dispuesto a aplicar sanciones secundarias a otros socios de Moscú: medidas similares podrían afectar a China si Pekín aumenta significativamente las importaciones de recursos energéticos de Rusia eludiendo las restricciones occidentales. La Unión Europea, por su parte, ha endurecido las restricciones de precios desde el 3 de septiembre: el precio máximo del petróleo ruso se ha reducido de $60 a ~$50 por barril, y se han ampliado las sanciones contra transportistas y aseguradoras que manejan las exportaciones de petróleo ruso por encima del nuevo límite. Además, la UE ha impuesto nuevas restricciones contra varias compañías de transporte y comerciantes sospechosos de facilitar la evasión del embargo petrolero.
El aumento de las sanciones incrementa la incertidumbre para las empresas e inversores en el sector energético, obligándolos a considerar los riesgos políticos en su planificación. Al mismo tiempo, Rusia busca activamente oportunidades para mitigar las consecuencias de la presión sancionadora mediante la cooperación con países no occidentales. En foros internacionales se discuten nuevos proyectos conjuntos, tanto en el ámbito de suministros de petróleo y gas como en tecnología e inversiones, con socios en Asia, Oriente Medio y África. Este cambio de enfoque compensa parcialmente la pérdida de mercados de venta tradicionales, aunque hasta ahora no se logra eliminar completamente la influencia de las sanciones.
Además de las medidas económicas, la tensión geopolítica también se manifiesta en amenazas directas a la infraestructura energética. Continuaron los ataques de drones y sabotajes que afectan a las instalaciones del complejo petrolero y gasístico. En las últimas semanas, varios grandes refinerías y terminales de oleoductos de exportación en Rusia han sido atacados por drones. Aunque los daños de estos incidentes son localizados y se han compensado rápidamente mediante capacidades de reserva, la tendencia genera preocupación. La escalada de conflictos y el aumento de ataques a la infraestructura pueden llevar a interrupciones más serias en el suministro de combustibles. Así, la geopolítica sigue siendo un factor clave de incertidumbre en los mercados energéticos, influyendo en las estrategias de las empresas y la volatilidad general de precios.
Asia: aumento de la importación de recursos energéticos y aumento de la producción interna
- India. Frente a la presión sancionadora del Occidente, Nueva Delhi declara abiertamente que no puede renunciar abruptamente a la importación crítica de recursos energéticos de Rusia. Las entregas de petróleo y productos petroleros de Rusia juegan un papel clave en la seguridad energética del país, permitiendo satisfacer la creciente demanda. Para mantener el mercado indio, las empresas rusas ofrecen condiciones atractivas: por ejemplo, el petróleo Urals se vende a compradores indios con un descuento considerable respecto al precio de Brent. Gracias a esto, India continúa aumentando activamente las compras de crudo ruso barato. Al mismo tiempo, el liderazgo indio está tomando medidas para fortalecer la seguridad energética en el futuro. El 15 de agosto, el primer ministro Narendra Modi dio oficialmente inicio a un programa nacional para explorar los yacimientos de petróleo y gas en aguas profundas. La empresa estatal ONGC ya ha comenzado la perforación de pozos en el mar de Andamán en el marco de esta iniciativa, buscando abrir nuevos depósitos de hidrocarburos. Estos proyectos están dirigidos a aumentar la producción interna de India a medio plazo y reducir la dependencia de las importaciones.
- China. La economía más grande de Asia está aumentando simultáneamente sus importaciones de recursos energéticos y aumentando su producción interna. Pekín no se ha unido a las sanciones occidentales y sigue siendo uno de los principales compradores de petróleo y gas ruso en condiciones favorables. Al mismo tiempo, la producción de petróleo y gas en China sigue aumentando: desde principios de 2025, las empresas chinas han extraído aproximadamente 127 millones de toneladas de petróleo (+1% respecto al año anterior) y 152,5 mil millones de metros cúbicos de gas natural (+6%). Sin embargo, incluso con estos récords, los recursos internos son insuficientes: la rápidamente desarrollada economía china todavía importa más del 70% del petróleo consumido y alrededor del 40% del gas. Buscando fortalecer la seguridad energética a largo plazo, Pekín amplía la cooperación con Moscú. Recientemente, ambas partes han llegado a la fase final de negociaciones para la construcción del gasoducto "Sila Sibiri - 2", que conectará los yacimientos de gas de Siberia Occidental con las regiones occidentales de China. La implementación de este proyecto en los próximos años podría aumentar la exportación de gas ruso a China en 50 mil millones de metros cúbicos anualmente, llevando las entregas totales por todas las rutas a 100 mil millones de metros cúbicos por año. Así, los dos mayores consumidores asiáticos, India y China, seguirán desempeñando roles clave en los mercados mundiales de materias primas, combinando un creciente volumen de importaciones de recursos energéticos favorables con inversiones en el desarrollo de su propia base de recursos.
Transición energética: récords en energías renovables y el papel de la generación tradicional
La transición global hacia la energía limpia en 2025 continúa acelerándose, alcanzando nuevos hitos récord. En la Unión Europea, al final de 2024, la producción total de electricidad en plantas solares y eólicas superó por primera vez la generación en plantas de carbón y gas, tendencia que se ha mantenido hasta 2025, demostrando el éxito de la política de descarbonización de la UE. En EE.UU., la cuota de fuentes renovables en la producción de electricidad superó un nivel histórico del 30%, lo que evidencia el rápido crecimiento de la capacidad “verde”. China, como líder mundial en capacidad instalada de energías renovables, introduce anualmente decenas de gigavatios de nuevos paneles solares y generadores eólicos, estableciendo constantemente nuevos récords en la producción de energía limpia.
Según estimaciones de la AIE, las inversiones totales en el sector energético mundial en 2025 superarán los $3 billones, de los cuales más de la mitad se destinará a proyectos de energías renovables, modernización de redes eléctricas y sistemas de almacenamiento de energía. Este flujo sin precedentes de capital en el segmento “verde” refleja el deseo de los gobiernos y empresas de acelerar la transición energética. Sin embargo, el rápido crecimiento de la cuota de solar y eólica en el balance energético conlleva nuevos desafíos técnicos. En períodos de inaccesibilidad temporal de generación solar o eólica (horas nocturnas, calma), todavía se requiere que los sistemas energéticos dispongan de capacidades de reserva de plantas eléctricas tradicionales para cubrir los picos de demanda. Muchos países están invirtiendo sumas significativas en la creación de grandes sistemas de almacenamiento de energía: complejos industriales de baterías, centrales hidroeléctricas de almacenamiento, así como en el desarrollo de “redes inteligentes” para aumentar la flexibilidad y resiliencia del suministro energético.
Los expertos pronostican que para 2026-2027, las energías renovables podrían superar a carbón como la principal fuente de producción de electricidad a nivel mundial. Sin embargo, en los próximos años aún se requiere el apoyo de las plantas tradicionales como reserva de seguridad. Así, la transición energética global alcanza nuevos niveles, pero se requieren decisiones equilibradas para equilibrar las tecnologías “verdes” y los recursos tradicionales, garantizando la confiabilidad de los sistemas energéticos en todo momento.
Sector del carbón: precios estables ante alta demanda
A pesar de los esfuerzos internacionales para descarbonizar, la industria del carbón en 2025 sigue ocupando un lugar significativo en la energía mundial. La demanda de productos de carbón se mantiene alta, especialmente en la región de Asia-Pacífico, donde el crecimiento económico y las necesidades de la electricidad respaldan un consumo intensivo de este combustible. China, el mayor productor y consumidor de carbón, extrae anualmente más de 4 mil millones de toneladas, y prácticamente todo este volumen se quema en plantas eléctricas internas. Durante los picos de carga en verano, incluso este colosal volumen no es suficiente, por lo que China importa lotes adicionales de carbón para cubrir la creciente demanda. En India, alrededor del 70% de la electricidad aún se produce en plantas de carbón, y el consumo absoluto de carbón está creciendo junto con la economía. Muchos otros países en desarrollo de Asia también están construyendo nuevas plantas de carbón, con el objetivo de satisfacer las crecientes necesidades de electricidad.
Los mayores exportadores de carbón del mundo, Indonesia, Australia, Rusia y otros, han incrementado significativamente su producción en los últimos años. El aumento de la oferta ha ayudado a reducir los precios mundiales desde los picos récord de 2021-2022 a niveles moderados. Actualmente, los precios del carbón se mantienen relativamente estables, proporcionando materias primas accesibles para los energéticos y permitiendo a las empresas mineras obtener ganancias estables. Muchos gobiernos declaran planes para una salida gradual de la generación de carbón, sin embargo, en un futuro previsible este recurso sigue siendo esencial para garantizar un suministro eléctrico confiable a millones de personas, especialmente en países asiáticos. Los recursos energéticos tradicionales, como el carbón, el petróleo, el gas y la energía nuclear, siguen siendo un pilar básico de la energía mundial, incluso en medio del desarrollo activo de energías renovables. Para los inversores, esto significa que en los próximos años la demanda de recursos hidrocarburíferos y carbón se mantendrá, y es probable que los precios permanezcan en un rango equilibrado sin oscilaciones bruscas.
Mercado ruso de productos petroleros: medidas para estabilizar los precios de los combustibles
En el mercado de combustibles interno de Rusia, hacia el otoño, se observan los primeros resultados de las medidas de emergencia adoptadas por las autoridades para normalizar los precios de la gasolina y el gasóleo. En agosto, los precios mayoristas de combustible automotor alcanzaron máximos históricos debido a la alta demanda, reparaciones planificadas en varias refinerías y exportaciones altamente lucrativas. El aumento brusco de los precios llevó al gobierno a intensificar rápidamente la regulación: a principios de agosto se introdujo una prohibición total sobre la exportación de gasolina y gasóleo para redirigir volúmenes adicionales hacia el mercado interno. Inicialmente, el embargo duró unas semanas, pero luego se decidió extenderlo hasta el 30 de septiembre, teniendo en cuenta la continua tensión en la oferta de combustible dentro del país.
Además de las restricciones a las exportaciones, se implementa un conjunto de otras medidas de estabilización. Se ha intensificado el control estatal sobre la distribución de productos petroleros: se ha ordenado a las refinerías priorizar la satisfacción de las necesidades del mercado interno, minimizando las ventas a través de la bolsa que podrían dirigirse a la exportación. Las autoridades fomentan la práctica de celebrar contratos a largo plazo directos entre las refinerías y las estaciones de servicio, evitando las cadenas especulativas de revendedores. También sigue vigente el mecanismo de compensación – un sistema de impuesto revertido, donde las compañías petroleras reciben compensación por parte del presupuesto por parte de la ganancia perdida al vender combustible en el país. Gracias a la compensación, los productores reciben pagos del presupuesto, lo que los incentiva a dirigir volúmenes suficientes de gasolina y gasóleo al mercado interno, incluso cuando los precios de exportación son más atractivos.
Para el 10 de septiembre, se esperan decisiones adicionales sobre la corrección del mecanismo de compensación. El gobierno planea aumentar los precios umbral, a partir de los cuales se calcula la compensación, y se desea que los cambios se apliquen retroactivamente desde el 1 de agosto. Este paso permitirá a los refinadores recibir compensaciones aumentadas del presupuesto, lo que debería reducir aún más sus motivos para llevar el combustible al extranjero y mantener un mayor volumen de recursos para el consumo interno. Los expertos señalan que la corrección de la compensación ayudará a enfriar definitivamente el mercado mayorista y prevenir la repetición de picos de precios.
Gracias al paquete de medidas adoptado, ya a finales de agosto, la situación comenzó a estabilizarse. El aumento de los precios mayoristas se detuvo y los precios al por menor en las gasolineras se mantienen bajo control. Desde principios de año, la gasolina y el gasóleo han aumentado de precio en promedio menos del 5%, lo que coincide con el nivel de inflación general y es significativamente inferior a los ritmos observados en verano. El gobierno declara su disposición a extender, si es necesario, las restricciones a las exportaciones y activar recursos adicionales para evitar la escasez de combustible en el mercado interno. Como resultado de estos esfuerzos, no se prevén aumentos bruscos de precios en otoño: el mercado de productos petroleros en Rusia se está equilibrando gradualmente, asegurando un costo aceptable de combustible para los consumidores y un funcionamiento estable de la industria.