
Noticias relevantes del sector energético al 9 de septiembre de 2025: equilibrio de precios del petróleo y productos petroleros, decisiones de la OPEP+, reservas récord de gas en la UE, transición energética, sanciones y estabilización de precios de combustible en Rusia. Resumen completo para inversores y participantes del mercado.
Los eventos actuales en el complejo de combustibles y energía (TÉC) al 9 de septiembre de 2025 presentan un panorama mixto para inversores y participantes del mercado. Por un lado, el mercado mundial del petróleo mantiene un delicado equilibrio en torno a los $60 por barril: el exceso de oferta y la desaceleración de la demanda continúan restringiendo el crecimiento de los precios. Por otro lado, la tensión geopolítica se intensifica nuevamente: los países occidentales intensifican las sanciones contra el sector energético de Rusia, mientras que el prolongado conflicto en torno a Ucrania sigue creando riesgos para la estabilidad de los suministros.
Mientras tanto, Europa se prepara con confianza para la temporada de invierno, llenando sus almacenes de gas a un ritmo récord y manteniendo los precios del gas en niveles moderados. Paralelamente, la transición energética global gana impulso: muchos países están estableciendo nuevos récords en la generación de energía a partir de fuentes renovables, aunque la confiabilidad de los sistemas energéticos aún depende de los recursos tradicionales. En Rusia, tras un aumento sin precedentes en los precios de los combustibles en agosto, las medidas restrictivas impuestas por las autoridades están estabilizando gradualmente la situación en el mercado interno.
A continuación, se presenta un análisis detallado de las principales noticias y tendencias en los sectores de petróleo, gas, energía eléctrica y materias primas en la fecha actual.
Mercado del petróleo: frágil equilibrio de precios entre superávit y riesgos
A principios del otoño, los precios mundiales del petróleo muestran una relativa estabilidad. La mezcla de referencia Brent se ha consolidado en un rango de aproximadamente $65–67 por barril, mientras que el estadounidense WTI se negocia entre $62 y $64. Las cotizaciones actuales son aproximadamente un 10% inferiores a los niveles del año anterior, reflejando una gradual normalización del mercado tras los picos de la crisis energética de 2022-2023. La dinámica de los precios está influenciada por varios factores:
- Aumento cauteloso de la producción de la OPEP+. Durante una reunión en línea el 7 de septiembre, los países de la alianza acordaron aumentar la cuota total de producción de petróleo en octubre en solo 137,000 barriles por día. Las tasas de aumento de la oferta se han reducido drásticamente en comparación con meses anteriores; por ejemplo, en septiembre la producción aumenta en 547,000 b/d. Así, la alianza ha casi reducido a una cuarta parte el incremento mensual, señalando su deseo de evitar la sobreoferta en el mercado. En las próximas reuniones, la OPEP+ podría incluso pausar el alivio de las restricciones, considerando los signos de un posible superávit y el aumento de las reservas globales de petróleo.
- Producción récord fuera de la OPEP. Junto con las acciones del cartel, los proveedores ajenos a la OPEP+ están ejerciendo presión adicional sobre los precios. En particular, la producción de petróleo en EE. UU. alcanzó un máximo histórico: en verano superó los 13,5 millones de barriles por día. Esta es la mayor contribución a la oferta global por parte de un solo país. Además, nuevos barriles de varios otros países, como Brasil y Guyana, que han aumentado la producción y exportación en los últimos años, están ingresando al mercado enérgicamente. El aumento de la competencia entre los productores reduce la influencia de las decisiones de la OPEP+ sobre la dinámica de precios.
- Crecimiento débil de la demanda. El consumo global de petróleo está creciendo mucho más lentamente que en años anteriores. La Agencia Internacional de Energía (AIE) pronostica un crecimiento de la demanda mundial en 2025 de solo ~0,7 millones de barriles/día (en 2023 el crecimiento superó los 2,5 millones b/d). Las estimaciones de la OPEP también se han revisado a ~+1,2 millones b/d para el año. Las razones incluyen la desaceleración de la economía mundial tras un período de recuperación tumultuosa y las consecuencias de los altos precios de años anteriores, que han incentivado el ahorro energético. Un factor adicional es el debilitamiento de la actividad industrial en China, lo que limita el apetito de uno de los mayores consumidores de petróleo del mundo.
- Incertidumbre geopolítica. El prolongado conflicto y el enfrentamiento sancionador generan nerviosismo adicional en el mercado petrolero. La falta de progreso en las negociaciones de paz implica la continuidad de las sanciones y la posibilidad de la implementación de nuevas restricciones (EE. UU. ha amenazado con aranceles del 100% a la importación de petróleo ruso en caso de fallar los esfuerzos diplomáticos). Simultáneamente, las propias sanciones y los riesgos bélicos (incluidos los recientes ataques de drones a la infraestructura petrolera) añaden una "prima de riesgo" a los precios, impidiendo que las cotizaciones caigan bruscamente. En consecuencia, los factores geopolíticos contienen una caída más profunda de los precios, aunque tampoco les otorgan base para un nuevo rally.
Sergey Tereshkin, director general de la plataforma Open Oil Market, comentó para «Izvestia»: el aumento de producción de petróleo en octubre de 137,000 barriles por día representa el crecimiento más modesto en los últimos seis meses. Por lo tanto, esta decisión de OPEP+ no desestabilizará el mercado. Según el experto, los precios del petróleo Brent se mantendrán por debajo de los $70 por barril hasta fin de año, y en 2026 podrían bajar a alrededor de $60.
La influencia acumulativa de los factores mencionados ha creado un exceso de oferta sobre la demanda en el mercado del petróleo, manteniendo la situación cerca de un superávit. Las cotizaciones bursátiles se mantienen firmemente por debajo de los máximos del año pasado. Muchos analistas creen que, si se mantienen las tendencias actuales, para 2026 el precio medio de Brent podría caer a la franja de $55–60 por barril. Sin embargo, el potencial para una caída brusca de precios está limitado por la tensión geopolítica y la postura cautelosa de la OPEP+.
Mercado del gas: reservas récord en Europa mantienen los precios en niveles moderados
En el mercado del gas, Europa sigue siendo el centro de atención, donde los países de la UE han creado anticipadamente un considerable stock de combustible antes del invierno. Para principios de septiembre, las instalaciones subterráneas de gas en la Unión Europea están llenas en más de un 90% de su capacidad total, superando significativamente el cronograma y sobrepasando el nivel objetivo, que estaba previsto solo para noviembre. La activa importación de gas natural licuado (GNL) durante los meses de verano ha permitido acumular rápidamente reservas récord de este combustible. Como resultado, los precios del gas se mantienen en niveles relativamente bajos: los futuros en el hub TTF se negocian alrededor de 30 €/MWh (aproximadamente $400 por mil metros cúbicos), que son múltiples inferiores a los picos observados durante la crisis de 2022. Esta situación de precios reduce significativamente la carga sobre la industria europea y el sector energético antes de la temporada de calefacción.
Sin embargo, persiste la incertidumbre: un posible aumento de la demanda de GNL en Asia este invierno podría desviar parte de los suministros y empujar las cotizaciones hacia arriba. Por ahora, la situación para la UE es favorable: reservas récord y suministros estables permiten una entrada relativamente segura en el período invernal. Los reguladores europeos subrayan su intención de continuar con la política de mantener altos volúmenes de gas en las instalaciones subterráneas para garantizar la seguridad energética.
Geopolítica y sanciones: aumento de la presión sobre el sector energético
Estados Unidos y sus aliados, en medio del prolongado conflicto en Ucrania, están aumentando la presión sancionadora sobre el sector energético. Tras el fracaso de iniciativas de paz, Washington implementó aranceles punitivos contra India por las compras de petróleo ruso (medidas similares amenazan a China si aumenta significativamente las importaciones desde Rusia). Mientras tanto, la Unión Europea ha ampliado las limitaciones sancionadoras, enfocándose en las empresas de transporte y comerciantes que ayudan a eludir el embargo petrolero en vigor. La continua confrontación aumenta la incertidumbre para las empresas e inversores.
Al mismo tiempo, ha habido un aumento en los ataques de drones a las instalaciones del TÉC en Rusia. En las últimas semanas se han producido varios incidentes que temporalmente han afectado a algunas capacidades de refinación de petróleo, incluidos ataques de drones a grandes refinerías y secciones de infraestructura de exportación. Aunque las reservas globales hasta ahora compensan estas pérdidas locales, una mayor escalada de riesgos bélicos podría desestabilizar seriamente los precios de las materias primas. Así, la geopolítica sigue siendo un factor clave de incertidumbre para el mercado energético mundial: la presión externa y el riesgo de incidentes de infraestructura continúan afectando el estado de ánimo de los operadores y los planes a largo plazo en el sector.
Asia: India y China entre importaciones rentables y aumento de la producción
- India. Frente a la presión sancionadora de Occidente, Nueva Delhi declara abiertamente que no puede renunciar abruptamente a la importación críticamente importante de recursos energéticos rusos. Estos suministros son cruciales para la seguridad energética del país. Para asegurar el mercado indio, los proveedores rusos ofrecen considerables descuentos: el tipo Urals se vende a India a varios dólares menos que Brent. Como resultado, India sigue comprando activamente grandes volúmenes de petróleo y productos petroleros de Rusia en condiciones favorables, satisfaciendo su creciente demanda. Al mismo tiempo, el gobierno indio está apostando por reducir la dependencia de las importaciones a largo plazo. El 15 de agosto, el primer ministro Narendra Modi lanzó un programa nacional para la exploración de yacimientos de petróleo y gas en aguas profundas. En este marco, la empresa estatal ONGC ya está perforando pozos en el mar de Andamán, con la esperanza de aumentar su propia producción de hidrocarburos en el futuro. Esta "misión de aguas profundas" tiene como objetivo acelerar el descubrimiento de nuevas reservas y acercar a India a su objetivo de independencia energética.
- China. La mayor economía de Asia está aumentando simultáneamente la importación de recursos energéticos y ampliando la producción interna. Pekín no se ha unido a las sanciones occidentales, permaneciendo como uno de los principales compradores de petróleo y gas rusos a precios atractivos. La producción nacional de petróleo y gas en China también está aumentando: desde principios de 2025, las empresas nacionales han extraído aproximadamente 127 millones de toneladas de petróleo (+1% respecto al año anterior) y 152.5 mil millones de m³ de gas (+6%). Sin embargo, esto aún no es suficiente para satisfacer las necesidades de la economía: China sigue importando más del 70% del petróleo consumido y alrededor del 40% del gas. A medida que busca fortalecer su seguridad energética a largo plazo, Moscú y Pekín recientemente acordaron la construcción de un nuevo gasoducto "Fuerza de Siberia 2" hacia China Occidental. La implementación de este proyecto en los próximos años aumentará significativamente la exportación de gas ruso al mercado chino. Por lo tanto, los dos mayores consumidores asiáticos, India y China, continuarán desempeñando un papel clave en los mercados de materias primas mundiales, combinando estrategias de aseguramiento de importaciones con el desarrollo de su propia base de recursos.
Transición energética: récords en energías renovables y nuevos desafíos para los sistemas energéticos
La transición global hacia la energía limpia en 2025 sigue ganando impulso, alcanzando nuevas alturas. En la Unión Europea, al final de 2024, la producción total de electricidad en plantas solares y eólicas superó por primera vez la generación en plantas térmicas a carbón y gas (la tendencia se mantuvo en 2025). En EE. UU., la participación de fuentes renovables en la producción de electricidad superó el 30%, un récord histórico para el sistema energético estadounidense. China, líder mundial en capacidad instalada de energías renovables, introduce anualmente decenas de gigavatios de nuevos paneles solares y turbinas eólicas, renovando constantemente sus propios récords de generación "verde". Según la AIE, las inversiones globales en el sector energético en 2025 superarán los $3 billones, de los cuales más de la mitad se destinará a proyectos de energías renovables, modernización de infraestructuras de red y sistemas de almacenamiento de energía.
Sin embargo, el rápido crecimiento de la participación de la energía solar y eólica también trae nuevos desafíos técnicos. En períodos en que el sol no brilla o el viento disminuye, aún se requieren capacidades de respaldo de plantas eléctricas tradicionales para cubrir picos de demanda. Muchos países están invirtiendo activamente en la creación de grandes sistemas de almacenamiento de energía (baterías industriales, estaciones de bombeo) y en redes "inteligentes" para aumentar la resiliencia del suministro energético. Los expertos pronostican que para 2026–2027, la energía renovable podría convertirse en la principal fuente de generación de electricidad en el mundo, superando definitivamente al carbón. Sin embargo, en los próximos años, se mantiene la necesidad de respaldar las plantas eléctricas clásicas como una reserva de seguridad contra interrupciones. Así, la transición global hacia la energía está alcanzando nuevos récords, pero requiere un delicado equilibrio entre las tecnologías verdes y los recursos tradicionales para garantizar la estabilidad del sistema.
Carbón: alta demanda con precios relativamente estables
A pesar de los esfuerzos por la descarbonización, el sector del carbón en 2025 sigue siendo una parte grande y estable de la energía mundial. La demanda de productos de carbón sigue siendo alta, principalmente en la región Asia-Pacífico, donde el crecimiento económico y las necesidades de la energía eléctrica mantienen un intenso consumo de este combustible. China, el mayor productor y consumidor de carbón del mundo, produce más de 4 mil millones de toneladas anualmente, y prácticamente toda esta cantidad se quema en plantas eléctricas internas. Durante los picos de carga en verano, incluso estos volúmenes récord no son suficientes, y China se ve obligada a importar partidas adicionales de carbón para satisfacer la demanda. En India, aproximadamente el 70% de la electricidad sigue generándose en plantas térmicas a carbón, y el consumo de carbón crece junto con la economía. Varios otros países en desarrollo de Asia también están construyendo nuevas plantas de energía de carbón para satisfacer la creciente demanda de electricidad.
Los mayores exportadores de carbón del mundo (Indonesía, Australia, Rusia, entre otros) han aumentado considerablemente la producción en los últimos años. Este aumento de la oferta ha ayudado a reducir los precios tras los picos récord de 2021–2022. Actualmente, los precios del carbón se mantienen en niveles relativamente moderados, proporcionando a las empresas energéticas materia prima asequible y a las empresas mineras beneficios estables. Muchos gobiernos declaran planes para una eliminación gradual de la generación a base de carbón, pero a corto plazo, este recurso sigue siendo indispensable para el suministro eléctrico confiable de millones de personas, especialmente en los países asiáticos. Así, el mercado mundial del carbón se encuentra en relativo equilibrio: la demanda se mantiene alta y los precios son moderados.
Mercado de productos petroleros en Rusia: limitaciones a la exportación estabilizan los precios del combustible
En el mercado interno de combustibles de Rusia, a finales del verano se han tomado medidas decisivas para normalizar los precios de los productos petroleros. En agosto, los precios de los combustibles en el mercado mayorista alcanzaron nuevos máximos históricos en medio de la demanda desbordada, interrupciones en el funcionamiento de varias refinerías y exportaciones extremadamente rentables. Esto llevó a las autoridades a extender y reforzar las medidas restrictivas. Actualmente se implementa un conjunto de medidas, entre las que se incluyen:
- Extensión de la prohibición de exportación. El gobierno de la Federación Rusa ha extendido la prohibición total de exportación de gasolina para automóviles y de combustible diésel hasta el 30 de septiembre (una restricción que se impuso inicialmente a mediados de agosto por unas semanas). Esta medida dirige volúmenes adicionales de productos petroleros al mercado interno, aumentando la oferta de combustible en el país.
- Control estricto de los suministros. Se ha intensificado la supervisión de la distribución de combustible dentro de Rusia. Se ha ordenado a las refinerías priorizar la satisfacción de las necesidades del mercado interno, excluyendo la reventa intermediaria del recurso en el mercado. Las autoridades fomentan la práctica de contratos directos entre las refinerías y las empresas distribuidoras, evitando los mercados bursátiles. Sigue en vigor el mecanismo de compensación de amortiguación ("impuesto de retorno"), que reembolsa a los productores parte de sus pérdidas e incentiva a destinar suficientes volúmenes de combustible a las estaciones de servicio.
Gracias a estas medidas, para finales de agosto el aumento de los precios mayoristas se detuvo, y los precios minoristas en las estaciones de servicio se mantuvieron bajo control (desde el comienzo del año han aumentado menos del 5%, lo que se enmarca en la inflación general). El gobierno declara estar dispuesto a extender las restricciones y activar recursos adicionales si es necesario para evitar una escasez de combustible. Como resultado, la situación en el mercado de productos petroleros se estabiliza gradualmente: no se pronostican aumentos repentinos de precios en otoño. Así, el conjunto de decisiones adoptadas permite enfriar el mercado del combustible para motor y mantener los precios para los consumidores finales dentro de límites aceptables.