
Noticias relevantes del sector energético al 12 de septiembre de 2025: petróleo y gas mundial, presión de sanciones, estabilización del mercado ruso de productos petroleros, récords de reservas de gas en Europa y nuevas tendencias en la transición energética. Un análisis detallado para inversores y participantes de la industria.
Los eventos actuales del complejo energético (TЭК) al 12 de septiembre de 2025 muestran una dinámica mixta en los mercados mundiales con una notable actividad en el sector. El mercado mundial del petróleo mantiene precios relativamente estables: las cotizaciones de Brent rondan la mitad de $60 por barril en medio de un exceso de oferta y una demanda ralentizada. Los riesgos geopolíticos, incluyendo la intensificación del conflicto en Oriente Medio, limitan una caída más profunda de los precios y provocan ocasionales fluctuaciones a corto plazo. El mercado europeo de gas se aproxima con confianza al invierno con reservas récord en los almacenes, lo que mantiene los precios del gas en niveles moderados. Al mismo tiempo, la transición energética global gana impulso: muchos países están alcanzando nuevos récords en el desarrollo de energías renovables, aunque los recursos tradicionales siguen siendo necesarios para la fiabilidad de los sistemas energéticos.
Rusia, enfrentando un endurecimiento de las sanciones occidentales, sigue redirigiendo sus exportaciones de recursos energéticos hacia el este, fortaleciendo la cooperación con socios asiáticos. Se están firmando nuevos acuerdos de suministro de petróleo y gas a India, China y países de Asia Central, y se están ampliando los proyectos de infraestructura (oleoductos y gasoductos) para compensar la reducción de las exportaciones a Europa. En el mercado interno de combustibles, después de un aumento de precios en verano, las autoridades han implementado un conjunto de medidas de estabilización: se ha extendido la prohibición de exportación de gasolina y diésel, se ha intensificado el control del abastecimiento a las estaciones de servicio y se ajusta el mecanismo de amortiguación. Los primeros efectos ya son evidentes: los precios mayoristas de los productos petroleros han dejado de crecer y el mercado minorista se está estabilizando. A continuación se presenta un análisis detallado de las principales noticias y tendencias en los sectores del petróleo, gas, energía y materias primas a la fecha actual.
Mercado del petróleo: exceso de oferta mantiene los precios ante riesgos geopolíticos
Al inicio del otoño, el mercado mundial del petróleo ha alcanzado un frágil equilibrio. El petróleo Brent se cotiza en el rango de $65–67 por barril, mientras que el WTI estadounidense se encuentra entre $62–64. Los niveles actuales son aproximadamente un 10% inferiores a los del año anterior, reflejando una normalización gradual del mercado tras los picos de la crisis energética de 2022–2023. La oferta total supera la demanda, lo que impide un aumento de precios, no obstante, la tensión geopolítica evita que las cotizaciones caigan drásticamente. La dinámica de precios está influenciada por varios factores clave:
- Política de OPEP+. En la reunión en línea del 7 de septiembre, los países de la alianza acordaron un ligero aumento en las cuotas de producción a partir de octubre – alrededor de 137,000 barriles por día. En comparación, en septiembre la cuota total aumenta en 547,000 b/d. La OPEP+ busca evitar la sobreoferta del mercado, por lo que si se intensifican los signos de exceso de oferta, la alianza podría suspender un mayor aumento de producción.
- Producción récord fuera de la OPEP. Los países que no forman parte del acuerdo también están aumentando su producción. En verano, la producción de petróleo en EE. UU. superó los 13.5 millones de b/d, un máximo histórico, lo que proporciona la mayor contribución a la oferta mundial. Volúmenes adicionales provienen de Brasil, Guyana y otros nuevos centros de producción. El aumento de la competencia entre exportadores reduce la influencia de las decisiones de OPEP+ en la dinámica de precios.
- Desaceleración del crecimiento de la demanda. El consumo mundial de petróleo está creciendo a un ritmo mucho más lento que antes. Según estimaciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE), en 2025 la demanda mundial aumentará solo en ~0.7 millones de barriles/día (en 2023 el crecimiento superó los 2.5 millones). La OPEP pronostica un aumento de alrededor de +1.2 millones de b/d. Las razones son la desaceleración general de la economía mundial tras la fase de recuperación activa, así como el efecto de los altos precios de años anteriores que estimularon el ahorro energético. También influye la debilidad de la actividad industrial en China, lo que limita el apetito del segundo mayor consumidor de petróleo.
- Riesgos geopolíticos. El conflicto armado en Ucrania y la inestabilidad en Oriente Medio mantienen la nerviosidad del mercado. Washington está intensificando la presión de sanciones: se han impuesto aranceles del 100% a la importación de petróleo de India como castigo por continuar comprando crudo ruso (medidas similares se amenaza que se impongan a China ante un aumento brusco de las importaciones de Rusia). La Unión Europea, por su parte, ha ampliado las restricciones contra transportistas y comerciantes que ayudan a eludir el embargo petrolero. Además, en las últimas semanas han aumentado los ataques de drones a infraestructuras energéticas en la zona de conflicto: los bombardeos de drones han incapacitado refinerías y tramos de oleoductos de exportación. Por ahora, las entregas globales de petróleo compensan las pérdidas locales, pero el aumento de los riesgos militares puede agitar el mercado en cualquier momento.
Como resultado de la combinación de exceso de oferta y demanda débil, el petróleo no está obteniendo hasta ahora impulsos para un nuevo rally. Las cotizaciones bursátiles permanecen notablemente por debajo de los máximos del año pasado. Los analistas señalan que, si se mantienen las tendencias actuales, en 2026 el precio promedio de Brent podría caer a $55–60 por barril. Sin embargo, la "cobertura" proporcionada por la política cautelosa de la OPEP+ y la prima geopolítica por riesgo permite esperar la conservación de un rango de precios relativamente estrecho en otoño. Las posibilidades de un colapso drástico en los precios son escasas, pero tampoco se vislumbran condiciones para un aumento repentino.
Mercado del gas: récords de reservas en Europa garantizan precios estables
En el mercado del gas, la atención principal está centrada en Europa, que se prepara con confianza para el período otoño-invierno. Los países de la UE han inyectado por adelantado volúmenes récord de combustible en los almacenes subterráneos: a principios de septiembre, las reservas superaron el 90% de la capacidad total, superando significativamente el calendario del año anterior. Este indicador ya es superior al objetivo oficial del 90%, que se esperaba alcanzar solo a principios de noviembre. El flujo activo de gas natural licuado (GNL) durante el verano permitió llenar rápidamente los almacenes a niveles históricos. Como resultado, los precios de gas en el mercado se mantienen en niveles relativamente bajos: los futuros en el hub neerlandés TTF rondan los 30 €/MWh (alrededor de $400 por mil metros cúbicos), muy por debajo de los picos de 2022.
Los expertos advierten sobre posibles riesgos a futuro. Si la economía de los países asiáticos comienza a acelerarse, la competencia por el GNL podría intensificarse y llevar a un aumento de precios. Sin embargo, por el momento, el balance de oferta y demanda en Europa parece estable. Las reservas récord de gas crean un margen de seguridad para el invierno, reduciendo la probabilidad de explosiones de precios incluso en caso de un clima frío o recortes temporales de suministro. La industria y el sector eléctrico europeos se benefician de los precios moderados del gas, lo que ayuda a suavizar la presión inflacionaria. En general, el mercado europeo de gas entra en el invierno con un nivel de recursos cómodo.
Geopolítica: presión de sanciones y conflictos regionales
Los factores políticos siguen influyendo significativamente en el sector energético. Estados Unidos y sus aliados, en medio de la prolongada crisis en torno a Ucrania, están intensificando la presión de sanciones sobre Rusia. Además de las restricciones de precios sobre el petróleo ruso, se están imponiendo nuevas sanciones contra empresas y transportistas que participan en la exportación de recursos energéticos que eluden el embargo. Washington vincula directamente la disminución de la postura con el progreso en la resolución del conflicto: por el contrario, la falta de avances amenaza con nuevas restricciones. Mientras tanto, los países no occidentales continúan colaborando con Rusia, aprovechando las condiciones favorables; esta situación provoca irritación entre las capitales occidentales y provoca medidas de presión puntual.
Otro factor de inestabilidad es el aumento de la tensión en Oriente Medio. En septiembre, el conflicto militar se intensificó en una de las regiones de Oriente Medio, lo que provocó un aumento de los precios del petróleo a máximos locales en los últimos meses. Aunque la influencia directa de esta crisis en las entregas globales de petróleo es limitada, el mercado incorpora una prima por riesgo de propagación del conflicto. Los operadores están siguiendo de cerca la situación: cualquier indicio de amenaza a la infraestructura petrolera o a las rutas de transporte en la región se refleja inmediatamente en los precios. Así, la geopolítica desempeña actualmente un papel dual: por un lado, evita que los precios de los energéticos caigan demasiado bajo, y por otro, no crea condiciones suficientes para un aumento brusco, manteniendo un estado de incertidumbre.
Asia: aumento de importaciones de recursos energéticos y producción propia
- India. Frente a la presión de sanciones de Occidente, Nueva Delhi declara abiertamente que no puede abandonar de inmediato los recursos energéticos rusos, que son críticos para satisfacer la creciente demanda de India. El petróleo y los productos derivados del petróleo de Rusia juegan un papel clave en satisfacer la creciente demanda de la India. Las empresas rusas atraen a compradores indios con descuentos sustanciales (se estima que los descuentos alcanzan los $4–5 respecto al precio de Brent), por lo que las compras continúan incluso bajo la amenaza de aranceles estadounidenses. Al mismo tiempo, el gobierno indio está tomando medidas para disminuir la dependencia de las importaciones en el futuro: se han puesto en marcha amplios programas para aumentar la producción interna. En particular, la empresa estatal ONGC está llevando a cabo perforaciones de exploración en grandes profundidades de la plataforma con la esperanza de abrir nuevos campos de petróleo y gas en los próximos años.
- China. Pekín, que no se ha unido a las sanciones occidentales, sigue siendo uno de los mayores compradores de petróleo y gas rusos en condiciones favorables, al tiempo que aumenta su producción interna. Según estadísticas aduaneras de la República Popular China, en 2024, China importó alrededor de 213 millones de toneladas de petróleo y 246 mil millones de metros cúbicos de gas; estos volúmenes crecieron un 2% y un 6%, respectivamente, año tras año. En 2025, las importaciones continúan creciendo a un ritmo más moderado debido a la alta base. A pesar de los esfuerzos por aumentar la producción (en los primeros siete meses de 2025, se produjeron en China 126.5 millones de toneladas de petróleo y 152.5 mil millones de metros cúbicos de gas, un 1–6% más que el año anterior), la economía de la RCP sigue dependiendo de las importaciones en aproximadamente un 70% para petróleo y un 40% para gas. Con el objetivo de fortalecer la seguridad energética, Pekín está acelerando proyectos conjuntos con Rusia: durante el Foro Económico Oriental, se firmaron acuerdos para el gasoducto "Fuerza de Siberia – 2" y la expansión de las rutas de exportación. Estos pasos permitirán a China, en el futuro, recibir hasta 100 mil millones de metros cúbicos de gas ruso al año, vinculando aún más los sistemas energéticos de ambos países.
En general, las principales economías asiáticas continúan desempeñando un papel clave en los mercados mundiales de materias primas. India y China combinan el aumento de capacidades internas con la importación de recursos accesibles, buscando asegurar las necesidades de sus economías de rápido crecimiento. Su equilibrar entre las compras externas y el desarrollo de su propia base de recursos determinará la demanda mundial de petróleo y gas en los próximos años.
Transición energética: récords en energías renovables
La transición global hacia la energía limpia en 2025 entra en una nueva fase. En la Unión Europea, al final de 2024, la producción total de electricidad en plantas solares y eólicas ha superado, por primera vez, la generación en plantas de carbón y gas. Esta tendencia se ha mantenido en 2025: la instalación de nuevas capacidades de energías renovables continúa a un ritmo acelerado. Según pronósticos de la Comisión Europea, en los países de la UE se espera que se instalen alrededor de 90 GW de plantas solares y eólicas en el presente año, un incremento récord que demuestra el compromiso con la transición energética. En EE. UU., las energías renovables también han alcanzado cifras históricas: más del 30% de toda la generación ahora proviene de fuentes renovables, y la producción de electricidad a partir del sol y el viento ha superado por primera vez la generación de plantas de carbón. China, líder mundial en capacidad instalada de energías renovables, instala anualmente decenas de gigavatios de nuevos paneles solares y turbinas eólicas, estableciendo nuevos récords en su generación "verde".
Las inversiones en energía alternativa provienen tanto del sector privado como de entidades gubernamentales. Según estimaciones de la Agencia Internacional de Energía, las inversiones totales en el sector energético mundial en 2025 superarán los $3 billones, de los cuales más de la mitad se destinará a proyectos de energías renovables, modernización de la infraestructura de redes y sistemas de almacenamiento de energía. Sin embargo, el rápido crecimiento de las energías renovables plantea nuevos desafíos. Los sistemas energéticos deben adaptarse al aumento de la proporción de fuentes variables: para equilibrar la red en horas cuando no brilla el sol o el viento se calma, se requieren capacidades de respaldo y almacenamiento de energía. En muchos países se desarrollan activamente baterías industriales, estaciones de almacenamiento por bombeo y redes inteligentes para aumentar la flexibilidad y fiabilidad del suministro eléctrico. Así, la transición energética avanza con fuerza, estableciendo récords, pero al mismo tiempo exige inversiones significativas en infraestructura y mantenimiento de reservas de capacidades.
Energía tradicional: carbón y nuclear mantienen un papel clave
A pesar del rumbo de muchos países hacia la descarbonización, los combustibles tradicionales siguen ocupando un lugar importante en la energía mundial. El mercado mundial del carbón se mantiene estable gracias a una alta demanda, especialmente en la región de Asia-Pacífico. China, el mayor productor y consumidor de carbón, mantiene la producción por encima de los 4 mil millones de toneladas al año, cubriendo gran parte de sus necesidades. Sin embargo, los volúmenes internos apenas son suficientes en períodos de pico: durante el calor del verano y la máxima carga en las redes eléctricas, China sigue importando carbón para evitar déficits. India también está aumentando el uso de carbón: alrededor del 70% de la electricidad en el país se genera en plantas de carbón, y el consumo absoluto de carbón está creciendo junto con la economía. Varios otros países en desarrollo de Asia (como Indonesia, Vietnam, Pakistán, entre otros) están construyendo nuevos bloques energéticos de carbón para satisfacer la creciente demanda de electricidad.
Los principales exportadores de carbón – Indonesia, Australia, Rusia y Sudáfrica – han aumentado en los últimos años la producción y las exportaciones. Esto ha permitido reducir los precios mundiales desde los niveles extremos de 2022 a valores moderados y mantenerlos estables. Si bien muchos países desarrollados declaran su intención de abandonar el carbón en el futuro, en la práctica, algunos de ellos están posponiendo el cierre de plantas de carbón por motivos de seguridad energética. Cabe señalar que Italia ha ampliado los plazos para la eliminación total de la generación a carbón, reconociendo la necesidad de este combustible en los próximos años. Aparte del carbón, también aumenta la atención a la energía nuclear como una fuente limpia y fiable de generación base. Rusia, a través de la corporación estatal "Rosatom", está implementando proyectos de construcción de nuevas centrales nucleares en el extranjero – desde Oriente Medio hasta el Sudeste Asiático, mientras que en el país se extiende la vida útil de las unidades existentes y se preparan sitios para nuevas. La generación nuclear, junto con el carbón, asegura el funcionamiento sostenido de los sistemas energéticos, complementando la naturaleza variable de las energías renovables. Para los inversores, esto significa que los segmentos tradicionales – carbón, petróleo, gas y energía nuclear – seguirán siendo demandados a corto plazo. La demanda de combustibles fósiles se mantendrá, y los precios se mantendrán en un rango relativamente equilibrado sin saltos bruscos, a menos que ocurran choques imprevistos.
Mercado ruso de productos petroleros: estabilización de precios de combustibles
Al inicio del otoño, se comienzan a notar en el mercado interno de combustibles de Rusia los resultados de las medidas excepcionales del gobierno para normalizar los precios. En verano, los precios mayoristas en las bolsas para gasolina y diésel alcanzaron máximos históricos: en agosto, el precio de la gasolina A-95 en la bolsa de San Petersburgo superó los 82 mil rublos por tonelada, lo que excede los récords de 2023. Las razones incluyeron la alta demanda estacional de pánico, reparaciones programadas en varias refinerías y la sobre-rentabilidad de las exportaciones, lo que llevó a las empresas a redirigir combustibles hacia el extranjero. El fuerte aumento de precios obligó a las autoridades a intervenir de inmediato. Desde principios de agosto, el gobierno ha impuesto una prohibición total sobre la exportación de gasolina y diésel, para redirigir los volúmenes adicionales al mercado interno. Inicialmente, el embargo tuvo una duración de tres semanas, pero luego se extendió: para las empresas petroleras integradas verticalmente, hasta el 30 de septiembre, y para los comerciantes independientes y pequeñas refinerías, hasta finales de octubre.
Además de las restricciones a la exportación, se han implementado diversas otras medidas de estabilización. Se ha reforzado el control estatal sobre la distribución de productos petroleros: a las refinerías se les ha indicado que deben abastecer prioritariamente a las estaciones de servicio rusas, minimizando las ventas a través de la bolsa (de donde el recurso podría ser exportado). Las autoridades fomentan la realización de contratos directos entre las refinerías y las cadenas de estaciones de servicio, evitando intermediarios y especuladores. Continúa vigente el mecanismo de amortiguación – un sistema de impuesto reverso, por el cual se compensa a las compañías petroleras una parte de las ganancias perdidas por la venta de combustibles dentro del país. En septiembre se tomó la decisión de corregir retroactivamente los parámetros del amortiguador desde el 1 de agosto: se han aumentado los precios límites a partir de los cuales se calculan las compensaciones (alrededor del +5% respecto al nivel anterior). Esta medida incrementará los pagos a los refinadores desde el presupuesto y reducirá aún más sus incentivos para exportar combustibles.
Gracias al paquete de medidas adoptadas, la situación en el mercado de combustibles se ha vuelto notablemente más tranquila a principios de septiembre. Los precios mayoristas han dejado de subir, y en ciertas semanas incluso han disminuido. Los precios minoristas en las estaciones de servicio se mantienen bajo control: desde principios de año, la gasolina y el diésel han aumentado menos del 5% de media en todo el país, lo que coincide con el nivel de inflación general y está significativamente por debajo de los aumentos de precios del verano. El gobierno ha declarado su disposición a extender, si es necesario, las restricciones a la exportación y a utilizar recursos adicionales (incluidas las ventas de combustibles de las reservas) para evitar la escasez de combustibles en las regiones. Como resultado, en otoño el mercado de productos petroleros de RF se ha acercado a un equilibrio: hay suficientes combustibles y los precios para los consumidores se han estabilizado en un nivel aceptable.
Al mismo tiempo, se discuten nuevos enfoques para la regulación a largo plazo de los precios en la industria. La Unión de Combustibles de Rusia (РТС) ha propuesto abandonar la rígida vinculación del aumento de los precios en las estaciones de servicio a la inflación y utilizar un índice más amplio que considere la carga fiscal, tarifas y otros costos del sector. Los expertos perciben esta iniciativa de manera ambivalente: puede ampliar las herramientas de vigilancia del mercado, pero no eliminará los desequilibrios fundamentales. En particular, los especialistas señalan la necesidad de aumentar la rentabilidad de la refinación de petróleo y la venta de combustibles para reducir la presión sobre los precios.
Comentario: «El nuevo indicador solo ampliará el conjunto de herramientas a través del cual los reguladores rastrean el estado del mercado de combustibles. Para cambiar la situación, es necesario aumentar la rentabilidad de la refinación de petróleo y de la venta de combustibles, incluida a través de la reducción de impuestos sobre la gasolina y el diésel. Cuanto mayor sea la rentabilidad, menor será la necesidad de compensar las pérdidas a través del aumento de precios», destacó el director general del mercado de productos petroleros Open Oil Market, Sergey Tereshkin, en un comentario para «La Gazeta Rusa».
Así, el conjunto de medidas urgentes del estado ha producido los primeros resultados, estabilizando la situación en el mercado de combustibles. Las autoridades tienen la intención de continuar con un enfoque proactivo, previniendo picos de precios y asegurando un equilibrio entre los intereses de productores y consumidores. El sector energético se presenta en un estado más estable al inicio del otoño: las cotizaciones del petróleo se mantienen en un rango cómodo, el sector del gas está preparado para el invierno, las energías renovables están estableciendo récords, y el mercado interno de combustibles está bajo control. Estas tendencias crean un ambiente favorable para los inversores y las empresas del sector, aunque los riesgos geopolíticos persistentes requieren continuar monitoreando y respondiendo de manera flexible a los cambios en la situación.